¿Cuánto podemos exigir a los hijos? ¿Son buenos los límites?
- Los límites impuestos pueden ser apropiados por su edad, su madurez y su ámbito familiar y social.
- Establecer límites apropiados a los niños es un proceso vital para su desarrollo saludable y bienestar.
Los niños tienen identidades únicas e incluso, dentro de una misma familia, un hermano puede ser diferente al otro, lo que hace muy difícil saber qué es lo que podemos exigirles y qué no. Por ello, es fundamental conocer sus particularidades para saber hasta qué punto los límites impuestos pueden ser apropiados por su edad, su madurez y su ámbito familiar y social; hasta dónde hay que exigir a los hijos.
En este artículo pretendemos enumerar algunas claves básicas para entender y comprender mejor cuáles son los límites que se pueden o no imponer a los niños.
Edad
En primer lugar, es esencial tener en cuenta la edad que tienen los niños para comprender el tipo de límites que pueden afrontar. Debido a su desarrollo mental, los más pequeños de la familia tienen límites diferentes a los adolescentes. Por tanto, la comprensión de estas diferencias según la edad es imprescindible a la hora de fijarlos. Por ejemplo, los niños pequeños, en edad preescolar, suelen tener límites menos estrictos ya que su capacidad de autogestión es mucho más limitada.
Dar límites y establecer líneas de expectativas es fundamental para establecer las responsabilidades de los hijos.
De los 0 a los 2 años
Los bebés tienen muy pocos requisitos en términos de responsabilidades. A esta edad, a menudo no pueden comprender ni cumplir las órdenes de los adultos y no están capacitados para llevar cargas excesivas.
De los 3 a los 4 años
En esta etapa, los niños comienzan a asumir pequeñas responsabilidades como:
- Aprender el nombre de los objetos.
- Seguir instrucciones sencillas.
- Cambiarse la ropa.
- Recoger juguetes.
- Ayudar con tareas sencillas en casa.
- Comer lo que han pedido.
- Usar su vocabulario para comunicarse adecuadamente.
Los padres también pueden exigirle al niño que reconozca los límites, cuide la propiedad de los demás, respete a los adultos, controle sus berrinches y maneje sus sentimientos de manera saludable.
De los 5 a los 7 años
A esta edad, los niños son capaces de entender conceptos más abstractos y pueden ser responsables de algunas áreas de su vida. Los padres pueden insistir en que hagan sus tareas, ayuden con los quehaceres domésticos sencillos y respeten los turnos en el uso de la tecnología. También pueden pedirles que hagan los deberes y se acuesten pronto. Asimismo, deben respetar las normas, ayudar, reconocer la propiedad de los demás, cumplir con la rutina diaria del hogar y aprender a ser organizados.
De los 8 a los 10 años
Los niños pueden empezar a desarrollar un sentido de responsabilidad. Los padres deben alentar a los niños a adquirir habilidades sociales y autorresponsabilidad para lidiar con situaciones cotidianas. Esto incluye entrenarles y enseñarles a ser honestos o manejar la frustración. Los padres también pueden exigirles:
- Que sean más responsables.
- Ayuden en el mantenimiento diario de la casa.
- Sean más conscientes de cómo manejan sus relaciones con familiares y amigos.
- Aprendan a trabajar en equipo en actividades extracurriculares tales como deportes.
De los 11 a los 13 años
A los 11 años, los niños están desarrollando un sentido de independencia y comenzando a relacionarse con los iguales. Los padres pueden empezar a exigirles que asuman más responsabilidades en la casa (hacer su propia cama, lavar su ropa, ayudar en la cocina, poner la mesa… etc). Los padres también pueden establecer reglas relacionadas con el uso de ordenadores, tabletas y móviles.
De los 14 a los 17 años
De los 14 a los 17 son años de mayor independencia para los adolescentes. Los padres deben exigirles que adquieran habilidades de vida como:
- Entregar trabajos escolares a tiempo.
- Cuidar su propia salud.
- Tomar decisiones inteligentes.
- Tener buen comportamiento al salir.
- Trabajar bien en equipo en los deportes o proyectos escolares.
- Evitar los comportamientos problemáticos.
- Respetar los límites de la casa.
En conclusión, los padres deben esforzarse por establecer límites y responsabilidades adecuados para sus hijos de acuerdo con su edad. Esto significa fijar líneas de comportamiento básicas para educar a los niños en cuanto a lo que deberían hacer que incluyan las áreas de educación, hogar, comportamiento, relaciones, y otros aspectos que son importantes para el desarrollo adecuado a cada edad.
Habilidad cognitivas
Se deben tomar en cuenta las habilidades cognitivas del niño como su madurez, inteligencia y habilidades abstractas para percibir conceptos nuevos. Estas destrezas juegan un papel importante en la determinación de los límites adecuados para los niños. Por ejemplo, un pequeño de 6 años cuyas habilidades cognitivas son más avanzadas que la media podría soportar unos límites más altos que otro niño de su misma edad.
Por este motivo es importante conocer a fondo las habilidades cognitivas de los niños para establecer expectativas realistas y apoyar su desarrollo intelectual. En ese sentido se recomienda estar alerta a las diferencias entre los niños y evaluar cuidadosamente en función de su desarrollo. Esto significa conocer sus habilidades cognitivas únicas, como:
- Atención.
- Memoria a corto y largo plazo.
- Percepción.
- Procesamiento de la información.
- Habilidades matemáticas.
- Capacidad de razonamiento.
Muchos padres tienen la tendencia a exigir mucho a sus hijos sin considerar a su madurez emocional o su temperamento. Esto puede ser desalentador para el hijo y ralentizar su desarrollo. Por lo tanto, los padres deben evaluar el comportamiento de su hijo en situaciones concretas a fin de establecer expectativas adecuadas que beneficien su desarrollo.
Entorno social
Los niños son seres sociales y, como tal, les resulta difícil tomar decisiones por sí mismos por falta de experiencia o por la influencia de otras personas. Por ello, hay que prestar especial atención a la influencia y presión del ambiente en que viven respecto a establecer límites. Por ejemplo, los niños podrían tener tendencia a imitar las malas conductas de otros niños de su entorno, lo que podría complicar el establecimiento de los límites.
Los padres tienen la responsabilidad de guiar a sus hijos para que sean adultos responsables y éticamente sensibles. Exigir a los hijos depende en gran medida del entorno en el que se encuentran; esto significa tener en cuenta el contexto, la cultura, la población, los recursos y mucho más.
Contexto
Hay que prestar atención al contexto, a la situación en que se vive. Algunos límites pueden ser prácticos en un contexto y menos útiles en otros. Por ejemplo, la exigencia para que realicen ciertas tareas o la hora de acostarse deben ser exigidas independientemente del contexto en el que se desarrollen, mientras que los límites relacionados con el comportamiento u otro tipo de actividades deben ajustarse a la situación.
Forma de decir las cosas
Se debe dar a los niños una explicación clara y lógica de los límites para que comprendan mejor la razón detrás de cada uno de ellos. Esto les ayudará a comprometerse con su cumplimiento en lugar de intentar burlarlos. Por ejemplo, explicarles el motivo por el que se debe acostar o realizar determinadas actividades les ayudará a comprender mejor la razón y así seguir las reglas con mayor facilidad.
La mejor forma de exigir a los hijos es a través del diálogo, explicando con claridad el comportamiento que se desea de ellos y las consecuencias si no lo cumplen. Es importante evitar los gritos y los castigos físicos, ya que estos pueden generar traumas y destruir la confianza entre padres e hijos.
Reacción
Por último, es importante comprender la reacción de los niños ante los límites. Por lo general, los niños, sobre todo los más pequeños, cuando se acercan a un límite, reaccionan con desobediencia o aversión. Tales reacciones son completamente normales y hay que tratarlas con comprensión y paciencia, dando el tiempo necesario para que lleguen a comprender las reglas por sí mismos. Esto implica escuchar sus opiniones, explicándoles en lenguaje sencillo la lógica de cada límite.
En resumen, establecer límites apropiados a los niños es un proceso vital para su desarrollo saludable y bienestar. Por tanto, hay que tener en cuenta varios factores, entre ellos la edad, madurez, intelecto, habilidades cognitivas, influencias sociales y contexto, así como la manera en que los límites son planteados y la reacción de los niños hacia tales límites. Estas 6 claves son esenciales para realizar un trabajo concienzudo y eficaz a la hora de fijar los límites pertinentes para los menores.
Si necesitas asesoramiento sobre qué es lo que le puedes exigir a tu hijo o sobre los límites que puedes poner te recomendamos que visites a un pediatra. Este especialista te dirá qué puedes hacer y qué no. En SaludOnNet puedes comprar una consulta de pediatría desde 23 años y elegir a qué centro médico u hospital acudir.
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