Disgrafía: causas, síntomas y tratamiento
- Esta dificultad de aprendizaje está provocada por una falta de coordinación de los músculos de la mano y el brazo.
- Escritura ilegible, letras del revés o mala ortografía son algunos de los síntomas de la disgrafía.
La disgrafía es un trastorno del aprendizaje que afecta a los niños cuando empiezan a escribir. Esta dificultad, en el trazado o la grafía, es importante detectarla a tiempo para poder tratarla. Impide escribir correctamente de forma legible y ordenada, causando muchas dificultades cuando la persona quiere expresarse por escrito.
Esta patología es una dificultad de aprendizaje por problemas de coordinación de los músculos de la mano y el brazo, lo que impide dominar y dirigir la escritura. Puede definirse como un trastorno específico de la escritura que impide escribir de forma correcta. El defecto se aprecia en la calidad del trazo porque viene determinado por su mala ejecución, según se indica en el artículo Entendiendo la disgrafía. El ajuste visomotor en la escritura manual, escrito por Pedro Pablo Berruezo.
Aunque es una dificultad del aprendizaje, no debe confundirse con la dislexia. La diferencia entre la dislexia y la disgrafía es que la primera afecta principalmente a la lectura.
Tipos de disgrafía
La disgrafía en niños puede ser primaria, cuando se produce por una alteración del sistema nervioso central, o secundaria, cuando ocurre por variaciones perceptuales, mecánicas, ergonómicas o pedagógicas, como enseñar a escribir antes de que el niño esté preparado.
También se puede clasificar como:
- Disgrafía motriz. Cuando la persona no es capaz de realizar una segmentación adecuada del brazo (movimientos de hombro, codo, mano, dedos…). Trabajar en ello es sencillo, facilita la escritura y reduce la frustración.
- Disgrafía específica. Ocurre cuando la coordinación entre el ojo y la mano no es la adecuada. Hay que intentar que la mano obedezca los movimientos que el ojo entiende que debe hacer. Los niños con este problema escriben letras angulosas y tienen dificultades en la organización espacial y la lateralidad.
Otra clasificación posible es la siguiente:
- Disgrafía evolutiva. Se caracteriza por presentar dificultades específicas del aprendizaje inicial de la escritura. Aparece en personas que aprenden a escribir (niños hasta 7 años o adultos analfabetos que aprenden la escritura). Puede ser fonológica, superficial y mixta.
- Disgrafía adquirida. Aparece en personas que pierden la habilidad de escribir debido a una lesión, traumatismo o accidente cerebral. Surge por causas ajenas al aprendizaje, como lesiones cerebrales. Puede ser periférica o central.
Síntomas de la disgrafía
Para saber si un niño tiene este trastorno es importante atender a los síntomas que puede presentar. Los principales ejemplos de disgrafía son:
- Escritura ilegible.
- Tipos de letras mezclados.
- Letras del revés.
- Espacios irregulares.
- Mala ortografía.
- Puntuación incorrecta.
- Forma incorrecta de coger el lápiz.
- Mala postura al escribir.
- Eliminación de letras y espacios.
- Mezcla de trazos suaves y fuertes.
- Confusión y cambio de letras.
- Renglones torcidos.
Cuando se observa que el niño presenta algunos de estos síntomas es bueno acudir al especialista para que descarte una posible disgrafía. Se considera disgráfico al niño que comete dos o más incorrecciones.
Principales causas de la disgrafía
Una vez estudiados los síntomas, el especialista debe detectar cuál es la causa que provoca esta patología. Las principales son:
- Neurológicas. Ocurre por un déficit neuronal que hace que la persona no sea capaz de organizar adecuadamente toda la información que tiene. Por este motivo le cuesta materializarlo por escrito.
- Psicomotrices. Hay niños que no coordinan bien los movimientos del brazo y la mano. Esto se traduce en una escritura más lenta y con más errores.
Tratamiento de la disgrafía
Son varios los especialistas que pueden tratar este trastorno: psicólogos, psicopedagogos, logopedas y terapeutas ocupacionales están preparados para lograr la mejora de una persona con disgrafía. El tratamiento se basa en ayudar a tener más fuerza en la mano y mejorar la coordinación motora fina. Asimismo, se enseña cuál es la correcta posición del brazo y la mejor postura corporal para la escritura. Ejercicios que trabajan la motricidad fina, la lateralidad, el esquema corporal, la preescritura o el recorte de figuras ayudan a escribir mejor.
Es importante fijar unas metas razonables y que impliquen un avance en la escritura. Así, ofrece buenos resultados establecer un plan personalizado con un profesional, ya que la disgrafía muchas veces va acompañada de otros trastornos como la dislexia o el TDAH.
La recuperación depende del grado de afectación que tenga el niño. En un principio se trabaja en la reducción del trastorno cuando tiene entre 4 y 7 años. A partir de esa edad se recomienda la acomodación de la materia curricular en la escuela. Si crees que tu hijo puede tener disgrafía es recomendable que acudas a un especialista para que realice un diagnóstico. Cuanto antes empiece el tratamiento más posibilidad de éxito hay. En SaludOnNet contamos con especialistas dispuestos a ayudarte sin esperas y a precio muy asequibles.
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