¿Dormir bien afecta a la eficacia de las vacunas?
- Los vacunados de Covid 19 que duermen bien tienen una mayor producción de anticuerpos después de la vacuna.
- Algunos estudios sugieren que el sueño profundo permite que el cuerpo se recupere de una forma mucho más eficaz.
Desde el momento que nacemos, nos enseñan que dormir es fundamental para los seres humanos. La cantidad y calidad del sueño que tenemos influye en el bienestar físico y mental. Pero hay un área de la vida que a menudo pasamos por alto en relación con el sueño: la vacunación. ¿Cómo afecta el sueño a la eficacia de las vacunas?
En un mundo donde se están desarrollando y distribuyendo actualmente vacunas para tratar enfermedades potencialmente mortales, entender la interacción entre estos dos factores se vuelve más relevante que nunca.
El objetivo de cualquier vacuna es crear una respuesta inmunológica que prevenga la enfermedad. A nivel celular, depende de la respuesta de las células del cuerpo al antígeno que contiene la vacuna. La eficacia de las vacunas obedece tanto a la exposición y concentración del antígeno como al estado en el que se encuentra el sistema inmunitario de la persona a la que se le administra la vacuna.
Cómo afecta el sueño al sistema inmune
Es necesario comprender cómo el sueño influye en el estado del sistema inmune para entender cómo afecta la eficacia de las vacunas. Una revisión realizada en 2016 en The Journal of Immunology encontró que la privación crónica de sueño podía llevar a niveles bajos de ciertas células del sistema inmunitario, específicamente los linfocitos T-CD4. Además, la misma revisión descubrió que la privación crónica de sueño también podía afectar la producción y respuesta de las citoquinas, sustancias producidas por las células inmunes que influyen en la magnitud de la respuesta inmune. Esto significa que el sueño puede afectar negativamente a la respuesta inmune.
Sueño y vacunas
Estudios recientes sugieren que el descanso puede tener un papel importante en cómo respondemos a las vacunas. Hay dos clases de vacunas:
- Primovacuna. Son más comunes y ayudan al sistema inmune a desarrollar una respuesta inmersiva a un patógeno.
- Las de refuerzo. Se administran con el fin de reforzar una protección ya existente. El refuerzo de la respuesta inmune depende de la capacidad del sistema inmunológico de producir células de memoria, es decir, aquellas que se acumulan y permiten al cuerpo responder rápidamente si se vuelve a exponer al patógeno en cuestión.
Un estudio de 2018 analizó la respuesta inmune de los seres humanos tras la administración de las vacunas de primovacuna y de refuerzo. Descubrió que en los grupos de personas que habían experimentado la mayor calidad del sueño, la respuesta a la vacuna estaba mejor mantenida.
Surgió la hipótesis de que el sueño profundo permitía que el cuerpo se recuperase de una forma mucho más eficaz, algo que mejoraba la respuesta inmune a las vacunas.
Descanso en adultos mayores
Además de los estudios relacionados con la mejora de la respuesta inmune, también se ha descubierto que el sueño puede ayudar a aumentar la eficacia de las vacunas en los adultos mayores. Un estudio de 2015 realizado por el Departamento de Salud Pública y Administración de Servicios Médicos de la Universidad de Michigan examinó la respuesta de los adultos mayores a la vacuna contra el neumococo y encontró que aquellos que habían dormido durante siete o más horas reportaron una mayor efectividad de la vacuna que aquellos que habían dormido menos horas. Además, dicho estudio descubrió que aquellos que habían dormido cinco o menos de cinco horas presentaban una respuesta reducida a la vacuna.
Mejor respuesta a mayor descanso
En un estudio de 2019 publicado en la revista Science Advances, los científicos probaron cómo el aumento de la duración de la noche de sueño mejoraba la respuesta inmunitaria a la vacuna contra la gripe y por tanto, la eficacia de la vacuna. Los participantes que recibieron más sueño (10 horas) tuvieron una mayor respuesta inflamatoria a las vacunas que aquellos que habían recibido menos (6 horas). El estudio concluyó que las personas tenían una mejor respuesta inmune a la influenza si habían dormido al menos 8 horas por noche.
En otras investigaciones, los participantes que dormían bien (7-8 horas por noche) mostraron una mayor producción de proteínas antivirales y de tejidos proinflamatorios después de tomar la vacuna PB-1, y los que durmieron menos (5-6 horas) tuvieron una respuesta inmune disminuida.
¿Y qué ocurre con la vacuna de la Covid 19?
Se encontraron resultados similares para un estudio con vacuna contra la covid-19. Los participantes que dormían bien tuvieron una mayor producción de anticuerpos después de la vacuna. Estos estudios demuestran que el dormir más contribuye a mejorar la respuesta inmune post-vacunación.
En conclusión, cada vez hay más evidencias de que el sueño es crucial para el éxito de cualquier vacuna. Se ha demostrado que, sin suficiente sueño, las vacunas pueden tener menos eficacia para generar una respuesta inmune adecuada, especialmente entre los adultos mayores.
El estado del sistema inmune que está relacionado con el sueño puede influir en la respuesta inmune a una vacuna. Aunque los estudios relacionados con el sueño y las vacunas son aún limitados, estos descubrimientos sugieren una prometedora dirección de investigación para el futuro.
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