¿En qué consiste la parálisis facial y qué tipos hay?
- Puede estar provocada por fuertes traumatismos o caídas, cambios bruscos de temperatura o infecciones causadas por bacterias o virus.
- Protección solar, masajes cutáneos y corticoides son los principales tratamientos para esta afección.
La parálisis facial es una patología que afecta en España a 23 de cada 100.000 personas. Consiste en la pérdida total o parcial de movimiento voluntario de los músculos de una parte de la cara y produce alteraciones estéticas, funcionales y psicosociales. Es una disfunción que puede estar provocada por fuertes traumatismos o caídas, cambios bruscos de temperatura o infecciones causadas por bacterias o virus. Aparece sobre todo en personas de entre 10 y 40 años, principalmente en aquellas que están inmunodeprimidos o son diabéticas. También puede darse en mujeres embarazadas.
Tipos de parálisis facial
La parálisis o paresia facial es una patología que generalmente se recupera por sí sola, en un plazo de unas tres semanas. Obviamente, cuanto menor es la disfunción menor será el tiempo de recuperación.
La parálisis facial es diferente en función de la zona en la que se produce la paresia. Así, puede ser:
- Central. En estos casos la persona arruga la frente por la doble inervación de la musculatura frontal. Algunos signos a tener en cuenta pueden ser un descenso de la comisura labial, una desviación de la boca hacia el lado sano y la no elevación de la comisura de los labios al querer mostrar los dientes. Esta patología puede estar relacionada con algún problema neurológico, por lo que es recomendable que el especialista lo valore para descartar patologías graves como la esclerosis múltiple, determinados tumores o la esclerosis lateral amiotrófica, entre otros.
- Periférica. Es más común y se trata de un trastorno del nervio facial o séptimo par craneano que controla el movimiento de los músculos de la cara, al comprimirse afecta el movimiento de los ojos y las áreas del maxilar y la mandíbula. En este caso el paciente no arruga la frente y se produce un aumento de la hendidura palpebral. Asimismo, hay un disminución o ausencia de parpadeo del ojo afectado y la persona no es capaz de cerrar ese ojo. Existen muchas causas por las que se produce este tipo de parálisis. Algunas son traumáticas, tumorales, secundarias a patologías del oído o la parótida e infecciosas. La más frecuente de todas es la conocida como parálisis de Bell.
Principales signos de alarma
La parálisis facial suele producirse de forma brusca y es fácilmente reconocible, por los signos y síntomas que aparecen en la musculatura facial de la persona. Algunos son:
- Problemas para mover la cara y asimetría.
- Molestias en la zona del cráneo o del cuello, con dificultad para moverlo.
- Imposibilidad de cerrar el globo ocular, desaparición del surco nasogeniano del lado afecto y desviación de la comisura bucal hacia el lado sano.
- Signo de Bell o movimiento del ojo hacia arriba y afuera del globo ocular, cuando la persona intenta cerrar el ojo.
- Disminución del lagrimeo ocular, hiperacusia y/o pérdida del gusto en los dos tercios anteriores de la lengua.
- Diferentes molestias como dolor en región mastoidea, acufenos, parestesias, molestias oculares o sabor metálico, entre otros.
Diagnóstico de la parálisis
El médico, solo con la exploración física y la historia clínica, es capaz de tener un diagnóstico adecuado sobre esta patología. Es frecuente realizar un examen neurológico completo en el que se evalúen el resto de pares craneales, la fuerza del paciente y sus funciones superiores. Asimismo, se debe distinguir el tipo de parálisis. En la exploración otológica deben examinarse, con un otoscopio, los conductos auditivos externos y las membranas timpánicas.
El cuadro más frecuente es la parálisis de Bell y no requiere pruebas complementarias. No ocurre lo mismo cuando la mejoría es muy lenta o la parálisis es completa. En estos casos se recomienda realizar algunas pruebas como el electromiograma, el TAC o la RM, así como una analítica de sangre y, en casos extremos y prolongados en el tiempo, una biopsia de la glándula parótida.
Tratamientos recomendados
La evolución de la parálisis facial suele ser favorable en la mayoría de los casos. No obstante, es importante su diagnóstico precoz para minimizar posibles secuelas y ayudar al 30% de los pacientes que no tiene buena evolución. En cuanto al tratamiento, los especialistas aconsejan:
- Protección ocular con gafas de sol y pomada durante el sueño. Estas medidas se toman para proteger el ojo de la sequedad y de la entrada de cuerpos extraños. Asimismo, se recomiendan las lágrimas artificiales en el ojo afectado.
- Masajes faciales, pero no estimulación eléctrica.
- Terapia con corticoides, que debe de comenzar en las primeras 72 horas tras el inicio de los síntomas.
- Antivirales, en casos de parálisis completas, de manera conjunta con los corticoides.
- Rehabilitación a través de ejercicios realizados delante de un espejo.
Si tienes una parálisis facial debes acudir al médico de inmediato, para que te ponga un tratamiento adecuado lo antes posible. En SaludOnNet contamos con especialistas dispuestos a ayudarte en lo que necesites.
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