Las molestas uñas incarnadas
Los pies son una parte muy importante de nuestro cuerpo, que debemos cuidar y prestar atención. Hace tiempo hablábamos del aumento de consultas podológicas a causa de la importante demanda de plantillas ortopédicas, pero uno de los principales de motivos por los que las personas acuden a la consulta de podología es a causa de las uñas incarnadas, encarnadas u onicocriptosis. Quienes las han tenido en alguna ocasión saben lo dolorosas y molestas que son.
La uña incarnada es un afección muy común que se produce cuando los lados o bordes de la uña del pie se meten en la piel, en los pliegues ungueales, causando dolor, hinchazón y enrojecimiento. La piel puede parecer que crece en el borde de la uña o dar la sensación de que la uña crece por debajo de la piel. Lo normal es que el dedo en el que se produce esté hinchado y que al tacto duela bastante. En ocasiones también hay pus.
Tratamiento de la uña incarnada
La mejor forma de curar este problema, denominado también uñero, es acudir a consulta con el especialista de los pies en el momento en el que se empiece a sentir molestia, para evitar que pueda producirse una infección o que, si ya la hay, se extienda.
El podólogo es el encargado de eliminar la espícula o trozo de uña que está provocando el problema, con ayuda de un bisturí. Previamente desinfecta la zona del dedo del pie y después realiza una cura aplicando en la zona antibiótico de manera tópica y un vendaje. El tratamiento es más o menos doloroso en función de la inflamación e infección que tenga el paciente, por eso hacemos hincapié en la importante que tiene no dejar pasar el tiempo. Una vez eliminada, es fundamental que se realice un corte, lo más correcto posible, cuando la uña vuelva a crecer, para evitar que se vuelva a producir.
Por qué se producen
Hay personas que tienen más tendencia a que se les encarne una uña. Una de las causas es llevar un calzado demasiado estrecho o muy fino en la parte delantera (zapatos que terminan en punta), que no deja al pie en libertad sino que lo mantiene comprimido. También es importante elegir el número correcto, ya que tanto si se lleva un número más como un número menos, el pie deja de ir sujeto como debe.
Otra causa, a la que muchas veces no damos importancia, es la forma de cortarse las uñas. Hay que saber que el corte de uñas en redondo favorece la aparición de este problema. No así, cuando se cortan de forma cuadrada, dejando visibles las esquinas de los dedos, se evita que se claven en la piel. Por último la uña incarnada tiene un componente genético, por lo que si tenemos algún familiar con una malformación en el pie es posible que lo heredemos.
Si tienes dolor en el pie y notas que se está clavando una uña o que no está creciendo como debe te aconsejamos que acudas a la consulta de podología. De una manera rápida y sencilla terminarás con los dolores y pondrás fin a esta afección tan incómoda.
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