Lupus: causas, síntomas y tratamiento
- Entre los síntomas más comunes se encuentran erupciones cutáneas, fatiga o problemas renales.
- Hasta la fecha no existe una cura definitiva para esta enfermedad.
¿Qué es el lupus?
Es una enfermedad autoinmune en la cual el sistema inmunológico, que normalmente protege al cuerpo contra infecciones, comienza a atacar erróneamente sus propios tejidos y órganos. Esto puede afectar diversos sistemas, como la piel, las articulaciones, los riñones, el corazón, los pulmones, el cerebro y la sangre.
Según la OMS se estima que esta enfermedad afecta a aproximadamente 5 millones de personas en todo el mundo, aunque es difícil estimar su prevalencia exacta e incidencia, al manifestarse de manera muy diferente en cada persona.
¿Es contagioso el lupus?
La respuesta es clara: no, no es contagioso; no hay riesgo de transmisión del lupus. A diferencia de las infecciones virales o bacterianas, no se transmite de persona a persona mediante contacto físico, saliva, ni por compartir objetos cotidianos.
Es una enfermedad autoinmune en la que el sistema inmunológico ataca erróneamente las células y tejidos propios del cuerpo, pero no se propaga entre individuos.
Causas del lupus
Esta enfermedad es compleja y ha desconcertado a la comunidad médica durante años. Aunque no se conocen con certeza todas las causas, se han identificado factores que pueden contribuir al desarrollo de esta afección. Los principales son:
- Factores genéticos. ¿El lupus es hereditario? Si bien existe una predisposición genética, la enfermedad en sí misma no es hereditaria de manera directa y uniforme. Así, aunque tener un familiar con esta enfermedad puede aumentar el riesgo, la mayoría de las personas con esta enfermedad no tienen antecedentes familiares.
- Factores ambientales. Se ha observado que ciertos factores ambientales desencadenan o contribuyen a su desarrollo. La exposición a la luz ultravioleta del sol se ha asociado con brotes de lupus cutáneo, y algunas infecciones virales y bacterianas también han sido vinculadas a la activación del sistema inmunológico.
- Hormonas y sexo. Esta enfermedad afecta con mayor frecuencia a mujeres en comparación con hombres, lo que sugiere un posible papel de las hormonas sexuales en su desarrollo. Los estrógenos, en particular, podrían desempeñar un papel importante, ya que los síntomas a menudo mejoran durante el embarazo con lupus y empeoran después del parto.
- Desregulación del sistema inmunológico. Se cree que la desregulación inmunológica es un componente central en el desarrollo de la enfermedad, aunque los desencadenantes exactos aún no se comprenden completamente.
Comprender la interacción de factores genéticos, ambientales y hormonales es crucial para avanzar en el diagnóstico temprano y el tratamiento efectivo.
Síntomas de lupus
Los síntomas pueden variar significativamente y a menudo imitan otras condiciones médicas. Reconocerlos es crucial para un diagnóstico temprano y un manejo efectivo de la enfermedad. Dado que los síntomas de lupus pueden ser similares al de otras condiciones médicas, es fundamental consultar a un médico para una evaluación adecuada.
Entre los síntomas más comunes se encuentran:
- Erupciones cutáneas, a menudo en forma de mariposa en la cara sobre las mejillas y puente de la nariz, conocida como eritema malar.
- Dolor, rigidez e inflamación en las articulaciones, similares a los síntomas de la artritis. También dolor muscular.
- Fatiga. La fatiga extrema, que no mejora con el descanso, es un síntoma frecuente y puede afectar significativamente la calidad de vida.
- Problemas renales. Puede afectar los riñones, causando inflamación y daño renal. Los síntomas pueden incluir hinchazón en las piernas, orina espumosa y presión arterial elevada.
- Fiebre. La fiebre inexplicada puede ser un indicador de actividad de la enfermedad.. Es importante monitorear cualquier aumento inesperado de la temperatura corporal.
- Fotosensibilidad. Muchas personas experimentan sensibilidad a la luz solar, lo que puede desencadenar erupciones cutáneas y otros síntomas.
- Problemas respiratorios. Puede afectar los pulmones, causando problemas respiratorios como dificultad para respirar y dolor en el pecho.
- Problemas cardíacos. Inflamación del revestimiento del corazón (pericarditis) o de las arterias coronarias puede manifestarse con síntomas cardíacos, como dolor en el pecho.
Tipos de Lupus
Esta patología no se manifiesta de la misma manera en todos los casos. Se clasifica en varios tipos, cada uno con características y manifestaciones distintas.
1. Lupus eritematoso sistémico (LES). Es la forma más común y puede afectar cualquier parte del cuerpo, incluyendo las articulaciones, la piel, los riñones y otros órganos. Los síntomas varían ampliamente y pueden ser leves o graves, desde erupciones cutáneas o sabañones a pérdida de peso o cabello. El LES a menudo se presenta con erupciones cutáneas en forma de mariposa en la cara.
En ocasiones se denomina incorrectamente lupus reumatoide. Este es un término que combina el nombre de dos enfermedades autoinmunes diferentes: el lupus eritematoso sistémico (LES) y la artritis reumatoide (AR). Esta última es otra enfermedad autoinmune que afecta principalmente a las articulaciones, causando inflamación, dolor, hinchazón y eventualmente daño articular.
2. Lupus cutáneo. Se centra en la piel. Incluye el Lupus cutáneo agudo, caracterizado por erupciones rojas y dolorosas, y el Lupus eritematoso crónico cutáneo, que se manifiesta con lesiones más específicas y duraderas.
3. Inducido por medicamentos. Algunas personas pueden desarrollarlo como resultado del uso de ciertos medicamentos, como hidralazina o procainamida. Los síntomas son similares al LES, pero tienden a mejorar al suspender el medicamento desencadenante.
4. Lupus neonatal. Este tipo afecta a recién nacidos de madres con la enfermedad. Los anticuerpos autoinmunes de la madre pueden afectar al feto, causando erupciones cutáneas temporales y problemas hepáticos, aunque por lo general son leves y desaparecen con el tiempo.
5. Lupus discoide. Se limita a la piel y se manifiesta como lesiones cutáneas con bordes escamosos y cicatrices. Aunque rara vez afecta órganos internos, puede causar problemas significativos en la piel.
Diagnóstico del lupus
El diagnóstico puede ser difícil, debido a la variedad y variabilidad de síntomas y su similitud con otras enfermedades. Los médicos a menudo utilizan análisis de sangre, estudios de imagen y evaluación de síntomas para llegar a un diagnóstico preciso.
Los especialistas suelen utilizar unos criterios comunes como guía para confirmar la presencia de la enfermedad. Incluyen los síntomas comentados, como erupciones cutáneas, dolor articular, fiebre sin causa aparente, problemas renales, trastornos hematológicos y cambios inmunológicos.
Además, se utilizan pruebas de laboratorio para evaluar la función renal, la inflamación y la actividad del sistema inmunológico. Las pruebas de anticuerpos, como los ANA, son fundamentales para el diagnóstico.
Las imágenes médicas, como resonancias magnéticas y ecografías, también pueden ser utilizadas para evaluar daños en órganos internos, especialmente en casos que afectan corazón y pulmones.
Tratamiento para el lupus
El tratamiento varía según la gravedad de la enfermedad y los órganos afectados. Hasta la fecha no existe una cura definitiva. Al ser una enfermedad autoinmune crónica, no puede eliminarse por completo del organismo. Sin embargo, aunque no es curable el lupus, es importante destacar que puede manejarse y tratarse eficazmente para controlar los síntomas y mejorar la calidad de vida de las personas afectadas.
El tratamiento de lupus generalmente implica el uso de medicamentos que controlan la respuesta inmunológica del cuerpo y alivian los síntomas específicos. Los medicamentos pueden incluir, entre otros:
- Antiinflamatorios no esteroides (AINE). Medicamentos como el ibuprofeno o el naproxeno pueden aliviar el dolor y la inflamación asociados con la enfermedad.
- Corticosteroides. Estos medicamentos, como la prednisona, pueden reducir la inflamación y suprimir la respuesta inmunológica hiperactiva. Sin embargo, se utilizan con precaución debido a posibles efectos secundarios a largo plazo.
- Medicamentos inmunosupresores. Fármacos como el metotrexato, azatioprina y ciclofosfamida se utilizan para suprimir el sistema inmunológico y reducir la actividad.
- Fármacos antimaláricos. La hidroxicloroquina es un medicamento antimalárico que también se utiliza, especialmente para tratar problemas cutáneos y articulares.
- Medicamentos biológicos. Algunos pacientes pueden beneficiarse de medicamentos biológicos, como el belimumab, que se dirige a las células B hiperactivas del sistema inmunológico
- Cuidado de los órganos específicos. Dependiendo de los órganos afectados, se pueden necesitar tratamientos específicos. Por ejemplo, medicamentos para tratar problemas renales o cardíacos.
Los científicos siguen trabajando en nuevos tratamientos para el lupus que consigan avances en el manejo de la enfermedad.
Además, el manejo también puede implicar cambios en el estilo de vida, como protegerse del sol, llevar una dieta saludable, hacer ejercicio regularmente y gestionar el estrés. Incluir estas rutinas saludables es un tratamiento natural para el lupus que debe tenerse en cuenta,
Por otra parte, es importante que las personas afectadas se sometan a revisiones periódicas por parte del reumatólogo para evaluar la efectividad del tratamiento y ajustarlo según sea necesario. Es fundamental que trabajen en estrecha colaboración con su equipo médico para desarrollar un plan de tratamiento personalizado.
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