Qué es la cirugía de Whipple y en qué casos se realiza
- Es un procedimiento de alto riesgo que requiere gran experiencia de los cirujanos, así como un trabajo en equipo entre varias disciplinas clínicas.
- La tasa de supervivencia a largo plazo es aproximadamente del 60% a 5 años.
La cirugía Whipple, conocida como duodenopancreatectomía, es un procedimiento quirúrgico complejo que involucra la extracción de la cabeza del páncreas, el duodeno, la bilis y parte del estómago. Fue descrita por primera vez por Allen Whipple en 1935 y ahora se utiliza en una gran variedad de enfermedades como el cáncer de páncreas o de vesícula biliar, entre otros.
La cirugía de Whipple es un procedimiento de alto riesgo que requiere gran experiencia de los cirujanos, así como un trabajo en equipo entre varias disciplinas clínicas. Está asociada con una amplia variedad de riesgos, ventajas y complicaciones.
En qué consiste la cirugía de Whipple
La cirugía de Whipple es una intervención multi estadio, compleja y de alto riesgo que conlleva la extracción de la parte superior de la capa externa del páncreas, el duodeno, la vesícula biliar y una sección del estómago. Además, el lóbulo delantero del hígado y los ganglios linfáticos que se encuentran cerca del lugar de la incisión pueden ser removidos para evaluar los signos de propagación del cáncer.
Es un tipo de cirugía que se utiliza para tratar el cáncer de páncreas y no para otras patologías de este órgano como la pancreatitis aguda o crónica que, aunque son molestas, no son tan graves. Consiste en remover una parte del páncreas, la cabeza, así como algunos otros órganos cercanos para detener su propagación. Aunque a menudo no puede curar la enfermedad, la intervención puede proporcionar un alivio significativo de los síntomas, mejorar la calidad de vida y alargar la supervivencia de un paciente.
La cirugía de Whipple o pancreaticoduodenectomía, se realiza bajo anestesia general y tiene una duración de entre 4 y 6 horas.
Los mismos pasos y tejidos removidos varían según la localización del cáncer y el tamaño del tumor, por lo que es frecuente que el cirujano hable con el paciente en detalle para poder determinar la extensión de la intervención.
Después de la eliminación de los tejidos, el cirujano cierra la incisión cambiando el movimiento del contenido estomacal en el intestino delgado, conocido como repliegue entero entérico, con el fin de restaurar la absorción de los alimentos.
Esta operación requiere una hospitalización prolongada para controlar los síntomas postoperatorios y permitir una recuperación adecuada.
Cómo prepararse antes de la cirugía de Whipple
La operación de Whipple ofrece numerosos beneficios, pero también conlleva algunos riesgos. Por eso se recomienda que los pacientes se preparen adecuadamente antes del procedimiento para minimizar estos riesgos.
Antes de la cirugía, el médico debe aconsejar al paciente sobre cualquier prueba o examen previos y sobre la preparación necesaria. Esto incluye exploraciones como tomografía computarizada abdominal, tomografía por emisión de positrones y pruebas de biopsia. Estos exámenes ayudarán al cirujano a comprender mejor el estado del paciente antes del procedimiento.
El paciente, por su parte, debe ser honesto con el médico, contar sus antecedentes de salud y evitar tomar alcohol.
Tipos de cirugía con los que se puede realizar este procedimiento
Existen varios tipos de cirugía de Whipple. Estos incluyen:
- Cirugía abierta. Es el método más comúnmente utilizado. Se realiza una incisión de gran tamaño en el abdomen para acceder a los órganos afectados para su extirpación. Es muy eficaz para diagnosticar y tratar una amplia gama de enfermedades.
- Cirugía laparoscópica. En lugar de una sola incisión grande, aquí se llevan a cabo varias pequeñas incisiones para permitir el acceso a los órganos afectados. Las ventajas de esta intervención incluyen una recuperación más rápida, una menor pérdida de tejidos y menos dolor.
- Cirugía robótica. Es el último enfoque. Esta técnica utiliza un brazo robótico para realizar cortes diminutos en el abdomen. Su uso permite a los cirujanos una mejor visibilidad y precisión para su mejor manejo y minimiza el sangrado en la zona de la cirugía.
El método de cirugía que se elija para la cirugía dependerá de la experiencia del cirujano, los procedimientos adicionales que sean necesarios y la condición del paciente.
En qué enfermedades o problemas se aplica o se recomienda
La cirugía de Whipple se recomienda principalmente para el tratamiento de:
- Cáncer de páncreas. Se utiliza para retirar el tumor y parte del estómago, el duodeno, el páncreas y la vesícula biliar. Se recomienda para extirpar tumores pancreáticos como tratamiento curativo.
- Cáncer de vesícula biliar.
- Tumores benignos. Se recomienda para aquellos que no pueden eliminarse de manera oral, como los quistes pancreáticos.
- Cáncer debido al abuso crónico de alcohol.
- Pancreatitis crónica.
- Cáncer de intestino delgado.
- Cáncer ampular.
También se usa como opción para reducir el tamaño de un tumor antes de la cirugía, cuando se utilizan otros tratamientos, como la radioterapia.
Riesgos y ventajas de la cirugía
La cirugía de Whipple es una intervención complicada que muchas veces implica una intervención abierta. Por eso es importante conocer los riesgos y las ventajas.
Riesgos o complicaciones de la intervención
La cirugía de Whipple se ha convertido en un tratamiento muy prometedor para diversos problemas de salud, como el cáncer de páncreas. Si bien esta cirugía ha demostrado ser una herramienta efectiva, hay que tener en cuenta sus posibles complicaciones. Algunas de ellas son:
- Infección postoperatoria.
- Lesión de los órganos (páncreas, duodeno…).
- Dolor.
- Hemorragia interna.
- Desnutrición. Resultados deficientes que provocan dificultades temporales para comer.
- Colecciones pélvicas.
- Complicaciones respiratorias.
- Reacciones alérgicas a los medicamentos o anestesia.
Los efectos secundarios más comunes de esta operación son dolor abdominal, náuseas, debilidad, diarrea y cambios en el gusto. En este sentido puede ocurrir que los pacientes necesiten medicarse para controlar los síntomas o para prevenir las infecciones. Por ejemplo, la diarrea aparece cuando después de la cirugía el páncreas no produce una cantidad suficiente de enzimas digestivas.
Asimismo, existe el riesgo de desarrollar una diabetes tras esta cirugía y de necesitar tratamiento insulínico de por vida, si el páncreas no produce una cantidad suficiente de insulina.
Beneficios de la cirugía
En la mayoría de los casos esta cirugía conlleva muchos beneficios asociados, ya que es el único tratamiento que puede aumentar la supervivencia e intentar la cura de la mayoría de estos tumores. Entre los beneficios se incluyen:
- Disminución del dolor.
- Mejora del funcionamiento del tracto digestivo.
- Prevención de la progresión del cáncer. Ayuda a evitar que el tumor se disemine por el torrente sanguíneo.
- Alivio de los síntomas.
- Mejora de la calidad de vida.
Cómo es la recuperación de esta cirugía
La recuperación de la duodenopancreatectomía puede ser difícil y extenderse durante semanas o meses, aunque lo habitual es que lleve aproximadamente de 4 a 6 semanas. Los pacientes tienen que permanecer en el hospital durante varios días después de la cirugía.
Una vez en casa debe descansar, procurar no salir y abstenerse de realizar actividades físicas moderadas durante ese tiempo.
Asimismo, en ese periodo puede experimentar dificultades digestivas, como diarrea o vómitos. Además, pueden sufrir alguna pérdida de peso, por tener las necesidades nutricionales cambiadas.
Tasa de supervivencia y afectación a la calidad de vida
La tasa de supervivencia de la duodenopancreatectomía a largo plazo es aproximadamente del 60% a 5 años. Estudios recientes han demostrado que después de esta cirugía se observa una mejora significativa en la calidad de vida, al aumentar la esperanza de vida tras Whipple. Esto incluye un mejor autocuidado, vida social y satisfacción con el tratamiento.
Qué se puede comer y qué no tras la intervención
Debido a los efectos de la técnica de Whipple, los pacientes deben evitar comer alimentos ricos en grasas y ácidos. Estos incluyen:
- Carnes rojas.
- Marisco.
- Algunos tipos de pescado.
- Frituras.
- Helados.
- Refrescos.
- Productos lácteos pasteurizados.
Los pacientes también deben evitar tomar frutos secos y algunos tipos de verduras.
Por el contrario, deben comer alimentos ricos en proteínas y fibras para ayudar con la recuperación. Estos incluyen:
- Verduras.
- Frutas.
- Granos enteros.
- Carnes blancas.
- Pescados.
Se recomienda que los pacientes coman alimentos bajos en grasas y calorías.
Cuanto esta cirugía se realiza correctamente los pacientes pueden esperar una mejoría significativa de sus síntomas, así como un aumento en la supervivencia y la calidad de vida.
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