Qué es la miomatosis uterina. Cómo tratar todos los tipos de miomatosis
El mioma es el tumor pélvico benigno más común en la mujer. Se origina en las células musculares de la pared del útero o matriz y lo desarrollan cerca del 40% de las mujeres antes de los 40 años, ocasionando problemas de fertilidad en algunos casos. Entre el 30% y el 50% de los miomas son asintomáticos y se diagnostican por casualidad durante revisiones rutinarias o estudios de fertilidad, en los casos en los que la mujer tiene problemas para lograr un embarazo.
Tipos de miomatosis
La miomatosis uterina es habitual en las mujeres que están en el periodo reproductivo. Es la primera causa de tumor benigno de origen ginecológico. El 70% de las mujeres puede tener un mioma, aunque la mayoría no tiene síntomas. Su frecuencia aumenta entre los 35 y 40 años.
Los miomas, llamados también fibromas, leiomiomas o fibroides, se pueden clasificar en cuatro grupos, en función de su localización:
- Crecen por debajo de revestimiento interno del útero hacia su interior. Producen meno-metrorragia, anemia, ulceración, infección y prolapso.
- Crecen por debajo de la cubierta externa del útero hacia el exterior.
- Crecen dentro de la pared muscular del útero y provocan neno-metrorragia y anemia secundaria.
- Presentan un tallo que les une con la capa externa o con el interior del útero. Producen disuria (dificultad para orinar), polaquiuria (aumento de la frecuencia miccional), torsión abdominal y hemorragias.
Causas y factores principales
No se sabe a ciencia cierta cuál es la causa que provoca la aparición de los miomas, pero sí que están directamente relacionados con las hormonas femeninas. Por este motivo aumentan de tamaño en el embarazo y durante el periodo reproductivo de la mujer y disminuyen cuando llega la menopausia. Los miomas aparecen de forma aislada o en grupo y su tamaño puede ser de apenas algún milímetro a varios centímetros. De hecho, hay veces que pueden ocupar casi todo el útero.
Aunque casi la mitad son asintomáticos, hay otros que producen molestias, que varían en función de la localización y el tamaño del mioma. Existen algunos factores que predisponen a tener miomas como ser mujer de raza negra, haber empezado muy pronto con la menstruación, no tener hijos, ser mayor de 40 años, ser obeso, tener antecedentes familiares y llevar una vida sedentaria.
Principales síntomas de los miomas
Muchos miomas no producen síntomas y no hay necesidad de tratarlos, sino de hacer un seguimiento para comprobar que no crezcan demasiado. Pero otros sí producen manifestaciones clínicas. Algunas de ellas son:
- Sangrado uterino. Muchas veces no tiene relación con tamaño o la cantidad de miomas que tiene la mujer. Puede ser abundantes, irregulares, excesivos o producirse entre menstruaciones. Esta circunstancia obliga a la mujer a cambiarse frecuentemente de compresa y, en ocasiones, utilizar paños o toallas en su zona genital.
- Molestias en la pelvis o la zona baja del abdomen. Se produce el dolor por la compresión de los miomas, que hacen fuerza contra la zona abdominal y los órganos cercanos. A veces la toma de analgésicos no es suficiente para paliar el dolor, lo que impide a la mujer llevar una vida normal.
- Dolor al mantener relaciones sexuales.
- Estreñimiento.
- Infertilidad. En un 15% de los casos se producen dificultades en el embarazo. Asimismo aumenta la tasa de abortos con respecto a aquellas mujeres que no tienen miomas.
Diagnóstico y tratamiento de la miomatosis
Los miomas los diagnostica el ginecólogo en consulta, mediante la historia clínica y la explotación física. Generalmente se ayuda de pruebas complementarias, como una ecografía abdominal, una histerosalpingografía, una histeroscopia o una resonancia magnética.
El tratamiento varía en función de la paciente y de los síntomas que tenga. Cuando son asintomáticos sólo es necesario hacer revisiones de vez en cuando. Si existen molestias, se opta por la toma de medicación oral que ayude a bloquear el receptor de progesterona. Con ello se consigue que no haya tanto sangrado y que los miomas reduzcan su tamaño y no presionen la pelvis.
Si con el tratamiento conservador no se consiguen resultados el médico generalmente aconseja a la paciente que opte por una intervención quirúrgica. Existen varias cirugías, aunque solo con la histerectomía la paciente se asegura de que los miomas no van a volver a salir.
- Miomectomía. Intervención que consiste en extirpar los miomas manteniendo el útero. Puede realizarse por vía abdominal, vaginal o laparoscópica.
- Histerectomía. Es la extirpación del útero y se realiza cuando fallan el resto de tratamientos y la persona no quiere tener más hijos. El 30% de las histerectomías que se realizan son por culpa de miomas.
- Embolización de arterias uterinas. Cirugía que consiste en la oclusión de los vasos sanguíneos que irrigan el útero. Es importante saber que este tratamiento puede poner en riesgo la fertilidad.
- Técnica mediante la cual se destruyen los miomas utilizando una aguja guiada por laparoscopia que quema o congela el tejido.
Si crees que puedes tener miomas acude al médico para que realice una revisión y te indique el tratamiento a seguir. En SaludOnNet contamos con especialistas dispuestos a ayudarte y sin tener que esperar.
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