¿Qué hago mal? ¿Por qué no consigo perder peso?

Parece fácil. Cualquier persona que quiere perder peso sabe que poniéndose a dieta y haciendo un poco de ejercicio lo puede conseguir. Pero ¿qué pasa si se tiene una alimentación más o menos equilibrada, se hace deporte de manera habitual y no se consigue adelgazar? Aunque sorprenda, esto les ocurre a muchas personas que, por más que lo intentan, no dan con la tecla adecuada para bajar de peso.

Cada cuerpo es diferente y con el paso de los años lo que antes servía ahora puede que no sea efectivo. No obstante, si alguien intenta adelgazar y no lo consigue, seguramente esté haciendo algo mal. Hay algunos factores que pueden estar impidiendo que la dieta no sea efectiva.

Hambre emocional o picoteo

Muchas personas creen que llevan una alimentación sana , controlada y basada en productos bajos en calorías que les van a permitir perder peso. Pero, de manera inconsciente, realizan pequeñas ingestas de alimentos no tan sanos que echan al traste todo lo conseguido el resto del día. A veces poca cantidad y otras veces atracones de los que se arrepienten más tarde. No es cuestión de eliminar todo lo que se clasifica como picoteo, porque de vez en cuando, si se sale a tomar algo, siempre apetece picar. Pero si se hace de una forma controlada no influye en el objetivo final, que es perder peso.

La llamada regla 80-20, o en algunos casos 90-10, ayuda a conseguir que el picoteo sea residual. Consiste en realizar el 80% de las comidas de manera saludable, siguiendo la dieta adecuada, y el 20% restante de libre elección. Obviamente, cuando la persona come fuera de casa todos los días o participa en muchos eventos es difícil de cumplir. Además es importante no infravalorar las calorías de algunos productos, como el alcohol, las bebidas gaseosas o el pan.  Pero hay que intentarlo.

Estrés

Las personas que padecen estrés tienen más dificultades a la hora de mantener la línea y lograr perder peso. El estrés incrementa la insulina y el cortisol, aumentando el apetito y las ganas de comer alimentos ricos en azúcares o grasa. En la sociedad actual es complicado no tener estrés, por el ritmo de vida que se lleva. No obstante, técnicas como el mindfulness , la meditación o el yoga ayudan a conseguir controlarlo.

Entrenamiento para perder peso

“Mens sana in corpore sano”. Cada vez son más las personas que realizan deporte, porque han tomado conciencia de lo importante que es mantenerse en forma para la salud del organismo. Ejercicios aeróbicos, clases de pilates, running, tablas cardiovasculares…son algunas de las rutinas que cada vez siguen más personas. Pero muchas veces se olvidan del entrenamiento de fuerza.

Los especialistas recomiendan que se entrene con peso para evitar que se pierda la masa muscular a medida que se van cumpliendo años. Es algo que suele costar más a las mujeres que a los hombres, poco atraídas por las pesas. Pero es un ejercicio que el cuerpo agradece y que debe de realizarse de menos a más, aumentando la intensidad en cada entrenamiento.

La mayoría de las personas lleva una vida sedentaria y pasa muchas horas sentada, poco activa. Además, a pesar de las campañas para fomentar la movilidad y reducir la contaminación, el uso de los coches y transporte público en pequeñas distancias ha hecho que cada vez caminemos menos.

Mal descanso

Dormir entre 7 y 8 diarias, con un descanso efectivo, influye a la hora de controlar el peso. Hay personas que pasan muchas horas expuestas a la luz azul de las pantallas o trabajan por turnos y se preguntan ¿por qué no adelgazo? Según indican desde la Unidad de Nutrición de la Federación Española de Industrias de la Alimentación y Bebidas (FIAB), cada hora de sueño adicional, a partir de un descanso de 7 horas, reduce un 36% el riesgo de sufrir sobrepeso.

Tener falta de sueño hace que las hormonas que regulan el apetito se desequilibren. Asimismo también se recomienda no comer más tarde de las 15:00 y no cenar pasadas las 21:00 hs.