¿Qué son cirugías urgentes y cuáles pueden esperar?

  • Las cirugías urgentes y de emergencia no son negociables,, el paciente no puede esperar sin sufrir consecuencias graves.
  • El médico cirujano es quien tiene la última palabra al evaluar la urgencia de una operación.
médico operando en cirugía urgente

Cuando se trata de intervenciones quirúrgicas, la clasificación de una cirugía urgente o no urgente puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte. Las cirugías urgentes son aquellas que no pueden retrasarse sin poner en peligro la salud o la vida del paciente, mientras que las cirugías que pueden esperar o ser programadas son aquellas que no presentan una amenaza inmediata.

Clasificación de las cirugías: urgentes vs. electivas

Antes de profundizar en ejemplos específicos de cirugías, es importante entender la clasificación general de las mismas. Según la Sociedad Americana de Anestesiología (ASA) y otros organismos médicos, las cirugías pueden clasificarse de la siguiente manera:

  • Cirugías de emergencia: son las que deben realizarse de inmediato, a menudo dentro de las primeras horas después del diagnóstico, para salvar la vida o evitar daños permanentes. Estas intervenciones no pueden esperar sin un riesgo significativo.
  • Cirugías urgentes: son necesarias en un plazo más largo, como en las siguientes 24 a 48 horas, pero no de inmediato. Aunque no son tan críticas como las de emergencia, retrasarlas aún puede conllevar riesgos para la salud.
  • Cirugías electivas o programadas: son intervenciones que pueden postergarse sin un riesgo inminente para el paciente. Estas cirugías se realizan cuando hay disponibilidad en el calendario del hospital y del paciente.
  • Cirugías necesarias: son cirugías que no son inmediatas pero que deben realizarse a medio plazo para evitar la progresión de enfermedades.

Cirugías consideradas urgentes

Las cirugías urgentes y de emergencia no son negociables; es decir, el paciente no puede esperar sin sufrir consecuencias graves. Algunos de los ejemplos más comunes son:

  • Apendicitis aguda. La apendicitis es una inflamación del apéndice, que puede llegar a perforarse y provocar una infección grave en el abdomen (peritonitis). La apendicectomía, o cirugía para extraer el apéndice, es una intervención urgente. Si se detecta a tiempo, se realiza en las primeras horas desde el diagnóstico para evitar complicaciones.
  • Aneurisma aórtico. Un aneurisma aórtico, especialmente si se está expandiendo o ha comenzado a romperse, es una condición extremadamente peligrosa. Un aneurisma es una dilatación anormal de la arteria que puede causar hemorragias internas masivas. Esta cirugía debe realizarse de inmediato para reparar la arteria afectada y evitar un desenlace fatal.
  • Cirugías oncológicas urgentes. En algunos casos de cáncer, la cirugía es el primer paso en el tratamiento para detener la progresión de la enfermedad. Aunque no todos los cánceres requieren cirugía urgente, hay casos en los que el tumor está comprometiendo órganos vitales o creciendo rápidamente, lo que obliga a realizar una intervención inmediata. Algunos ejemplos incluyen tumores cerebrales que ejercen presión sobre áreas críticas del cerebro o cánceres que obstruyen el tracto digestivo o respiratorio.
  • Fracturas severas. Fracturas que involucran grandes huesos, como el fémur, o aquellas que comprometen la circulación o los nervios son consideradas urgentes. En algunos casos, si una fractura no se trata de inmediato, puede generar complicaciones como daño permanente a los tejidos o infección.
  • Cesárea de emergencia. Durante el embarazo, una cesárea puede ser programada (electiva) o convertirse en una urgencia médica si el bebé o la madre están en peligro. Condiciones como el sufrimiento fetal, hemorragias graves o un parto obstruido son razones comunes para una cesárea de emergencia.
  • Trasplante de órganos. La urgencia está determinada por la condición del paciente y la disponibilidad de un órgano compatible. Pacientes en la lista de espera de trasplantes, como aquellos que necesitan un corazón, hígado o riñón, pueden ser llamados de manera urgente tan pronto como un órgano esté disponible.
  • Cardiovasculares de emergencia. Intervenciones como la cirugía de bypass coronario o la reparación de válvulas cardíacas pueden ser urgentes cuando el paciente sufre un ataque al corazón, una disección aórtica o una insuficiencia cardíaca aguda. La cirugía inmediata puede prevenir un daño cardíaco irreversible o la muerte.

Cirugías que pueden esperar

Por otro lado, muchas cirugías son programables y pueden esperar sin riesgos inminentes para el paciente. Son generalmente electivas y, aunque necesarias en algunos casos, no requieren atención inmediata. Algunos ejemplos son:

  • Cirugías estéticas o cosméticas. Procedimientos como liposucción, cirugía de aumento de senos, o rinoplastias son completamente electivos y, en la mayoría de los casos, no están relacionadas con la salud física del paciente. Estas cirugías pueden posponerse indefinidamente sin generar problemas de salud, lo que las convierte en las primeras en ser canceladas en situaciones de crisis como pandemias o desastres naturales.
  • Hernia no complicada. Aunque las hernias pueden ser dolorosas, muchas de ellas no son consideradas urgentes a menos que haya complicaciones como el estrangulamiento de los tejidos, lo que interrumpe el flujo sanguíneo. Si no hay signos de isquemia o necrosis, una cirugía de hernia puede esperar hasta que el paciente o el hospital estén listos.
  • Cataratas. Son una afección ocular que provoca una pérdida progresiva de la visión debido a la opacificación del cristalino. Aunque eventualmente la cirugía es necesaria para recuperar la visión, no es una emergencia y puede esperar hasta que el paciente esté preparado.
  • Ortopédicas programadas. Muchas cirugías ortopédicas, como las de reemplazo de rodilla o cadera, son procedimientos electivos que se realizan para mejorar la calidad de vida del paciente. Sin embargo, no son urgentes y se pueden programar según la conveniencia del paciente y el hospital. Aunque estas intervenciones pueden mejorar significativamente la movilidad y reducir el dolor, su retraso no pone en peligro la vida.
  • Cirugía bariátrica. Destinada a reducir el peso en pacientes obesos, es una intervención electiva. Aunque es crucial para la salud a largo plazo del paciente, puede esperar hasta que las condiciones del hospital y el paciente sean favorables para realizarla con seguridad.
  • Vesícula biliar no urgente. En pacientes con cálculos biliares que no presentan complicaciones graves como inflamación o infección (colecistitis), la cirugía de vesícula biliar puede postergarse. Si el paciente experimenta solo síntomas leves o intermitentes, es posible esperar antes de someterse a la colecistectomía.

Factores que determinan la urgencia de una cirugía

La decisión de realizar una cirugía de inmediato o programarla depende de varios factores médicos y logísticos:

  • Estado general del paciente. Pacientes con enfermedades crónicas o que están en estado crítico requieren cirugías más urgentes. Por ejemplo, si un paciente tiene una condición preexistente como diabetes o insuficiencia cardíaca, los médicos deben evaluar cuidadosamente el riesgo de posponer una cirugía.
  • Progresión de la enfermedad. Las enfermedades que tienden a progresar rápidamente o que presentan complicaciones severas son indicativos de una cirugía urgente. Por ejemplo, un cáncer agresivo o una infección incontrolada necesitan atención inmediata.
  •  Disponibilidad de recursos. Durante situaciones de crisis sanitaria, como una pandemia, los recursos médicos son limitados. En estos casos, las cirugías electivas suelen ser pospuestas para liberar camas y personal médico para los pacientes más graves. Esto ocurrió de manera global durante la pandemia de COVID-19, cuando hospitales priorizaron solo las cirugías urgentes o de emergencia.
  • Recomendaciones médicas. El médico cirujano es quien tiene la última palabra al evaluar la urgencia de una operación. La evaluación clínica incluye pruebas diagnósticas, análisis de imagen y el estado del paciente para tomar decisiones informadas.

Riesgos de posponer cirugías urgentes

Postergar una cirugía urgente puede conllevar graves consecuencias. Algunas posibles complicaciones incluyen:

  • Progresión de la enfermedad. Cánceres o infecciones pueden empeorar y extenderse a otras partes del cuerpo
  • Daño a órganos vitales. Retrasar cirugías cardíacas o abdominales puede causar daño irreversible a órganos vitales.
  • Dolor crónico. En algunas cirugías ortopédicas o de hernias, el retraso puede aumentar el dolor crónico y disminuir la calidad de vida.
  • Riesgo de muerte. En situaciones extremas, como aneurismas o apendicitis complicadas, el retraso puede ser fatal.

Cada caso es único y la decisión de cuándo realizar una cirugía debe estar basada en una evaluación médica cuidadosa. Si estás pensando en operarte y sabes que tu cirugía no es urgente, te recomendamos que te pongas en manos de SaludOnNet. Te olvidarás de las listas de espera y solucionarás tu problema sin preocupaciones.

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