Síndrome premenstrual (SPM): ¿qué es y cómo se manejan los síntomas?
- Muchos especialistas piensan que se produce por las fluctuaciones hormonales que ocurren durante el ciclo menstrual.
- Llevar un registro diario de síntomas durante al menos dos ciclos menstruales puede ser una herramienta útil.
El síndrome premenstrual (SPM) afecta a un importante número de mujeres en edad reproductiva. Puede impactar significativamente en su calidad de vida y, aunque su gravedad varía, el conocimiento y manejo adecuados de los síntomas puede ayudar a mitigar su impacto.
¿Qué es el Síndrome premenstrual (SPM)?
El síndrome premenstrual se caracteriza por un conjunto de síntomas físicos, emocionales y conductuales que se manifiestan en la fase lútea del ciclo menstrual, es decir, aproximadamente una o dos semanas antes del inicio de la menstruación. Estos síntomas suelen remitir con el comienzo de la regla o poco después.
Principales causas del SPM
Las causas exactas del SPM no se conocen, sin embargo, se cree que resulta de las fluctuaciones hormonales que ocurren durante el ciclo menstrual, en concreto los cambios en los niveles de estrógeno y progesterona. Estas variaciones pueden afectar a los neurotransmisores cerebrales, incluida la serotonina, que juega un papel crucial en el estado de ánimo, el sueño y el apetito. Esto podría explicar parte de la variabilidad de los síntomas entre las mujeres.
Síntomas comunes
Los síntomas del SPM, una de las alteraciones menstruales más frecuente, varían significativamente en gravedad y tipo entre las mujeres, pero generalmente incluyen:
- Síntomas físicos: hinchazón, sensibilidad mamaria, fatiga, dolores de cabeza, cambios en el apetito, problemas de sueño, y sensación de «estar hinchada».
- Síntomas emocionales y conductuales: cambios de humor, irritabilidad, ansiedad, sentimientos depresivos, dificultad de concentración y cambios en el interés por actividades habituales.
Diagnóstico del síndrome premenstrual
El diagnóstico del SPM es esencialmente clínico y se fundamenta en la identificación de un patrón recurrente de síntomas físicos, emocionales y conductuales en la fase lútea del ciclo menstrual que interfieren con algún aspecto de la vida cotidiana de la mujer. Dado que no existen pruebas de laboratorio específicas para diagnosticarlo, la comunicación efectiva entre la paciente y el ginecólogo es crucial para llegar a un diagnóstico preciso.
Llevar un registro diario de síntomas durante al menos dos ciclos menstruales puede ser una herramienta útil para ayudar en el diagnóstico al proporcionar evidencia clara de estos patrones temporales. Debe incluir la severidad y la duración de los síntomas, así como su impacto en las actividades diarias.
Los criterios diagnósticos requieren la presencia de al menos uno de los síntomas emocionales y uno de los síntomas físicos característicos del SPM que interfieren con el funcionamiento normal de la mujer. En algunos casos se pide también que los síntomas estén ausentes durante la fase folicular del ciclo (primera mitad) y se repitan en dos ciclos consecutivos.
En el diagnóstico es esencial descartar otras condiciones que pueden causar síntomas similares, tales como patologías de la tiroides, depresión, e ansiedad y el trastorno disfórico premenstrual (TDPM), una forma más severa del SPM. Esto puede requerir exámenes físicos, análisis de sangre para evaluar la función tiroidea y otras pruebas según sea necesario.
Estrategias de manejo
Las principales estrategias para evitar o mejorar el síndrome premenstrual son:
- Modificaciones en el estilo de vida:
- Dieta. El consumo de una dieta equilibrada rica en frutas, verduras, granos enteros y baja en sal, azúcar, cafeína y alcohol puede ayudar a aliviar los síntomas físicos como la hinchazón y los cambios de humor.
- Ejercicio. La actividad física regular, incluyendo caminar, nadar o andar en bicicleta, se ha demostrado que reduce la fatiga y mejora el estado de ánimo.
- Sueño. Mantener una buena higiene del sueño, como establecer horarios regulares para acostarse y despertarse, puede ayudar a mitigar la fatiga y la irritabilidad.
- Manejo del estrés. Técnicas de relajación como la meditación, el yoga y la respiración profunda pueden ser efectivas para controlar el estrés y mejorar el estado de ánimo.
- Suplementos y medicación:
- Suplementos. El uso de suplementos como el magnesio, calcio, vitaminas B6 y E ha demostrado cierta eficacia en la reducción de los síntomas del SPM, aunque se recomienda consultar a un médico antes de comenzar cualquier suplemento.
- Medicación. En casos de SPM severo, los médicos pueden recomendar medicamentos, incluyendo antidepresivos, antinflamatorios no esteroides (AINEs) o anticonceptivos orales para ayudar a aliviar los síntomas.
Consideraciones psicológicas
Aunque no se considera una condición grave, puede tener un gran impacto psicológico serio, afectando a las relaciones personales, el desempeño laboral o escolar y la estabilidad emocional. La terapia cognitivo-conductual (TCC) ha demostrado ser efectiva para el manejo de los síntomas emocionales y conductuales. Puede ayudar a las mujeres a desarrollar estrategias de afrontamiento más efectivas para manejar los cambios de humor y la irritabilidad.
Comprender el síndrome premenstrual implica reconocer la complejidad de sus causas, la variabilidad de sus síntomas y el impacto que puede tener en la vida de las mujeres. Aunque hay avances en la investigación, es fundamental que las mujeres afectadas busquen el apoyo de médicos especializados para gestionar sus síntomas y mejorar su calidad de vida.
El SPM puede presentar desafíos, pero un enfoque proactivo hacia el manejo de sus síntomas puede marcar la diferencia. El apoyo de profesionales de la salud puede ayudar a las mujeres a aliviar el impacto en su vida diaria. Así que si estás pensando en ir al ginecólogo para tratar tu síndrome premenstrual y realizarte una revisión ginecológica, te recomendamos que lo hagas a través de SaludOnNet. Contamos con especialistas dispuestos a ayudarte en lo que necesites, sin esperas y a unos precios muy asequibles.
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