Un 3% de la población tiene escoliosis: ¿qué es?
La espalda, zona posterior del cuerpo que va desde los hombros a la cintura, es una de las partes más importantes de la anatomía humana. Su sección central, la columna vertebral, es la que nos ayuda a estar erguidos y mantener el equilibrio. Pero hay veces que presenta curvas anormales, tanto hacia un lado como hacia otro. Hablamos entonces de escoliosis.
Esta desviación de la columna afecta al 3% de la población, según se indica en el artículo Escoliosis idiopática, escrito por L.I. Álvarez García de Quesada y A. Núñez Giralda. En los casos leves no interfiere en el desarrollo normal de la vida diaria, pero en los graves conlleva dolor y limitación a la hora de realizar tareas cotidianas. Se trata de una patología que por lo general se desarrolla en la infancia y progresa durante la adolescencia, afectando fundamentalmente a niños de entre 10 y 16 años.
Qué es la escoliosis
Es una condición médica caracterizada por una curvatura anormal de la columna vertebral, que suele presentarse en forma de «S» o «C». Esta alteración en la alineación de la columna puede ocurrir en cualquier parte de la espina dorsal, incluyendo la región cervical, torácica o lumbar, y su gravedad puede variar desde casos leves apenas perceptibles hasta curvas más pronunciadas.
Cuando existe esta desviación de la columna vertebral, que normalmente se extiende de manera recta desde la base del cráneo hasta la pelvis, experimenta una curvatura lateral en aquellos lados afectados por esta patología.
Puede manifestarse de manera evidente en la postura de una persona, dando lugar a una asimetría en los hombros, la cintura o las caderas. Sin embargo, en algunos casos, especialmente en las etapas iniciales, la condición puede pasar desapercibida y ser detectada sólo mediante exámenes físicos o estudios de imagen.
Causas de la escoliosis
Esta patología ha intrigado a la comunidad médica durante años, sobre todo a los traumatólogos. Mientras que en muchos casos la causa subyacente puede ser desconocida, hay diversas razones y factores que han sido identificados como posibles desencadenantes de esta condición. Algunas son:
- Factores genéticos. Es la principal causa de la escoliosis idiopática. En este tipo, la curvatura de la columna vertebral se desarrolla sin una causa aparente. Se subdivide en tres categorías según la edad de aparición: infantil (0-3 años), juvenil (4-10 años) y adolescente (11-18 años).
- Anomalías congénitas. Se origina durante el desarrollo fetal debido a anomalías en la formación de las vértebras. Estas malformaciones pueden provocar curvaturas anormales de la columna vertebral desde el nacimiento. La severidad puede variar, y su detección y tratamiento tempranos son fundamentales.
- Condiciones neuromusculares como parálisis cerebral, distrofias musculares y enfermedades del sistema nervioso pueden llevar a su desarrollo. La debilidad muscular y la falta de control neuromuscular pueden contribuir a la desviación de la columna vertebral.
- Degeneración asociada a la edad. A medida que envejecemos, los discos intervertebrales pueden desgastarse y las articulaciones pueden deteriorarse, dando lugar a la escoliosis degenerativa. Se observa en adultos mayores y puede ser resultado de cambios degenerativos en la columna vertebral.
- Algunas condiciones médicas, como las infecciones o tumores de la columna vertebral.
Un enfoque integral, que incluya la detección temprana y el tratamiento adaptado a las necesidades individuales, es esencial para abordar las causas y mitigar sus efectos.
Síntomas de escoliosis
En muchos casos, puede ser asintomática en sus etapas iniciales. Sin embargo, a medida que la curva se desarrolla, pueden surgir síntomas como desigualdad en los hombros, cintura o caderas, y una protrusión anormal de las costillas o la escápula. La detección temprana es crucial, y se realiza comúnmente a través de exámenes físicos y radiografías. Los principales síntomas de escoliosis lumbar o dorsal son:
- Asimetría en la postura. Puede manifestarse como una inclinación de la cabeza, hombros o pelvis hacia un lado. Observar la alineación del cuerpo desde la parte trasera puede revelar desviaciones notables.
- Desigualdad en los hombros. A menudo provoca que uno de los hombros esté más alto que el otro. Esta discrepancia en la altura de los hombros puede ser detectada en una evaluación visual y se acentúa cuando el individuo está de pie.
- Prominencia de las costillas. En algunos casos, especialmente cuando la curvatura afecta la región torácica, puede haber una prominencia anormal de las costillas en un lado del cuerpo. Esto puede ser visible al observar el contorno del torso.
- Desplazamiento de la cintura. La curvatura de la columna vertebral puede afectar la alineación de la cintura, llevando a un desplazamiento lateral o una apariencia desigual cuando se observa desde el frente o desde atrás.
- Dolor en la espalda. Sucede sobre todo en aquellos con curvas más pronunciadas. Este dolor puede variar en intensidad y localización según la ubicación y gravedad de la curva.
- Fatiga muscular. La alteración en la alineación de la columna puede llevar a una fatiga muscular más rápida, ya que los músculos trabajan de manera desigual para mantener el equilibrio. Esto puede resultar en incomodidad y cansancio durante actividades cotidianas.
- Problemas respiratorios en casos graves. En curvas severas, especialmente aquellas que afectan la región torácica, la escoliosis puede comprometer la capacidad pulmonar y causar problemas respiratorios. Sin embargo, esto es más común en casos más avanzados.
- Cambios en la marcha y postura. La alteración de la columna vertebral puede afectar la forma en que una persona camina y se para. Se pueden observar cambios en la marcha y en la postura que pueden indicar su presencia.
Tipos de escoliosis
Esta patología se define como una desviación lateral de la columna vertebral de más de 10 grados, medida mediante radiografías. En función del lugar en el que se produzca se puede hablar de escoliosis lumbar o escoliosis dorsal. Los tipos de desviación de la columna se clasifican en diferentes categorías, según su origen:
- Escoliosis Idiopática. Es la forma más común y representa aproximadamente el 80% de los casos. Se desarrolla sin una causa aparente y generalmente se diagnostica durante la adolescencia. Aunque la investigación actual no ha identificado una causa específica, se cree que factores genéticos pueden desempeñar un papel importante. Su evolución depende del grado de curvatura, la edad en la que ha aparecido, la madurez esquelética y, en las niñas, si ha aparecido antes o después de la menarquía. El mayor riesgo de progresión se da en las mujeres premenárquicas.
- Escoliosis Neuromuscular. Se asocia con trastornos neuromusculares, como la parálisis cerebral o la distrofia muscular. Estos trastornos afectan los músculos y los nervios que controlan la postura y el movimiento, contribuyendo al desarrollo de curvaturas en la columna vertebral.
- Escoliosis Degenerativa. Se relaciona con el envejecimiento de la columna vertebral. Con el tiempo, los discos intervertebrales se desgastan, provocando cambios en la alineación de la columna.
- Escoliosis Congénita. Es una condición presente desde el nacimiento, resultado de malformaciones en las vértebras durante el desarrollo fetal. Es menos frecuente pero puede ser más grave que otros tipos, ya que implica anomalías estructurales desde el principio.
- Escoliosis Funcional. No está relacionada con malformaciones estructurales y suele ser el resultado de desequilibrios musculares o posturales.
¿La escoliosis es curable?
Saber si la escoliosis es curable totalmente sigue siendo un área de investigación activa y en desarrollo para muchos médicos. La atención temprana, el diagnóstico preciso y la colaboración con profesionales de la salud son cruciales para abordar esta condición de manera efectiva y mejorar la calidad de vida de los pacientes.
La mayoría de los casos se manejan inicialmente con un enfoque conservador. Esto implica terapia física, ejercicios específicos y, en algunos casos, el uso de aparatos ortopédicos. Según la Asociación Americana de Cirujanos Neurológicos y Ortopédicos, los especialistas pueden ayudar a detener o ralentizar la progresión de la curvatura, pero no necesariamente curar completamente la condición.
En casos más severos o progresivos, la cirugía puede ser considerada como una opción de tratamiento. Sin embargo, no garantiza la cura total de la escoliosis, sino que previene una mayor progresión y mejora la calidad de vida.
La escoliosis leve a moderada, especialmente en niños y adolescentes, tiene mejores perspectivas de respuesta positiva al tratamiento conservador. Sin embargo, la curabilidad completa puede no ser alcanzada en todos los casos.
Diagnóstico de la escoliosis
Se diagnostica durante la adolescencia en la mayoría de los casos, especialmente durante el período de crecimiento rápido. El diagnóstico implica una evaluación completa de la historia clínica, un examen físico detallado y pruebas de imagen, como radiografías. La medición de la curva, su forma y ubicación son fundamentales para determinar el plan de tratamiento más adecuado.
- Evaluación Clínica. El traumatólogo examina la columna vertebral del paciente en busca de asimetrías, protuberancias o cualquier indicio de curvatura anormal. Realiza una exploración clínica utilizando un escoliómetro, recomendable en pacientes a partir de los 10 años, y el denominado Test de Adams, muy usado en atención primaria porque valora la asimetría del tronco desde detrás, con el paciente flexionado.
- Radiografías. Esta prueba permite medir la magnitud y la dirección de la curva, así como evaluar la salud general de la columna vertebral. Las imágenes radiográficas también ayudan a determinar el tipo y a guiar el desarrollo de un plan de tratamiento personalizado.
- Pruebas de Imagen Avanzadas. En casos más complejos o cuando se sospecha de condiciones subyacentes, se pueden utilizar pruebas de imagen avanzadas, como la resonancia magnética o la tomografía computarizada.
- Mediciones Específicas. La inclinación máxima de la curva, la rotación vertebral y otras mediciones específicas son evaluadas para determinar la progresión y la necesidad de tratamiento. La curvatura de la columna se mide en grados. Cuando es superior a 25 o 30º se puede hablar de una curva considerable, con una prevalencia mayor en el caso de las mujeres.
- Evaluación Neurológica: En algunos casos, se puede realizar una evaluación neurológica para descartar condiciones subyacentes .
Tratamiento de la escoliosis
No existe un tratamiento para la escoliosis que sea estándar, aunque casi siempre se recomienda realizar ejercicio físico para mejorar el tono postural. El tratamiento conservador incluye terapia física, ejercicios específicos y, en algunos casos, el uso de aparatos ortopédicos.
Si la desviación es leve, con un control cada 6 meses y una radiografía anual será suficiente. Se pueden usar dispositivos ortopédicos como corsés o chalecos, que buscan frenar la progresión de la curvatura, especialmente en pacientes que aún están en crecimiento.
Cuando el grado de desviación es importante se recomienda el uso de corsé para prevenir la progresión de la patología, hasta que el desarrollo de la columna se haya completado. En los casos en los que la curva es mayor de 60 grados, es decir es una escoliosis grave en adultos o niños, el médico puede recomendar cirugía. La intervención quirúrgica tiene como objetivo corregir la curvatura mediante la fijación de varillas y tornillos en la columna vertebral.
El tratamiento a menudo implica un enfoque a largo plazo que incluye un seguimiento regular y ajustes en el plan de tratamiento. Dada su complejidad, es esencial un enfoque multidisciplinario. Los pacientes pueden beneficiarse de la colaboración entre ortopedistas, fisioterapeutas, y en algunos casos, especialistas en medicina del dolor.
Factores de riesgo
La escoliosis puede tener diversos factores de riesgo que influyen en su desarrollo. Los principales son.
- Edad y etapa de crecimiento. Esta desviación suele manifestarse durante el período de crecimiento rápido, como la adolescencia.
- Factores genéticos. Las personas con antecedentes familiares tienen un mayor riesgo de desarrollarla.
- Sexo femenino. Existe una prevalencia mayor en mujeres que en hombres.
- Desórdenes neuromusculares. Condiciones neuromusculares, como la parálisis cerebral o la distrofia muscular, aumentan el riesgo de desarrollarla.
- Asimetrías musculares y posturales. Desbalances en la musculatura o posturas inadecuadas pueden contribuir a su desarrollo.
- Lesiones o traumas. Ya sea por accidentes o traumatismos.
- Malformaciones congénitas de la columna vertebral.
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