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Madrid Barcelona Cádiz Alicante Girona Murcia Ver más >¿Qué es ginecología y obstetricia?
La ginecología es una especialidad médico quirúrgica que se encarga de la prevención, diagnóstico y tratamiento de las enfermedades del aparato reproductor femenino, así como de todo lo que engloba el proceso de embarazo. Esta especialidad está dividida en dos ramas: Ginecología y Obstetricia.
Diferencia entre ginecología y obstetricia
La obstetricia trata de la fertilidad de la mujer antes de la gestación, durante el embarazo y en el parto y el puerperio. La ginecología, por su parte, aborda los trastornos médicos o quirúrgicos del aparato reproductor femenino.
Concretamente, ginecología y obstetricia es una especialidad encargada de:
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Todos los procesos relacionados con la reproducción humana, tanto fisiológicos como patológicos.
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El estudio de la gestación, desde antes de que la mujer esté embarazada y durante todo su desarrollo, el parto y el puerperio. Asimismo también aborda las dificultades patológicas que impiden que una mujer se quede embarazada.
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La revisión de los órganos genitales femeninos, incluidas las mamas, y sus patologías.

Especialista: ¿Qué hace el ginecólogo?
El ginecólogo u obstetra es el médico que trata las patologías del sistema reproductor femenino y el desarrollo del embarazo. Para ello emplea diferentes pruebas que le ayudan a tener un conocimiento completo de cómo se encuentran los órganos genitales femeninos y si la gestación se está desarrollando con normalidad.
Hace años eran más numerosos los ginecólogos y obstetras masculinos, pero de un tiempo a esta parte se está convirtiendo en una especialidad fundamentalmente femenina, con lo que cada vez son más las ginecólogas.
Pruebas de ginecología y obstetricia
Ginecología y obstetricia es una especialidad que, generalmente, va asociada a pruebas médicas que permiten ver el estado de los órganos sexuales de la mujer. El examen físico comienza con la observación de los genitales externos femeninos, lo que permite detectar enfermedades en labios mayores, labios menores, glándula de Bartolino y clítoris. La exploración vaginal se realiza en consulta con la mujer tumbada boca arriba, con las piernas ligeramente dobladas y apoyadas en unos soportes. El especialista introduce sus dedos para palpar el cuello del útero o cérvix. Colocando la otra mano sobre el abdomen puede palpar el útero, las trompas y el ovario.
En ginecología existen más pruebas; algunas de ellas llevan realizándose hace años por su importante valor diagnóstico. Las principales son:
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Especuloscopia. Se realiza con la ayuda de un aparato denominado espéculo que se coloca paralelo a la pared posterior de la vagina. Se introduce cerrado y una vez ubicado en la zona precisa se abre. Esta prueba permite la extracción de muestras y la visualización de lesiones como sangrados o desgarros vaginales, así como la localización de cuerpos extraños.
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Citología cervical. Se trata de la principal prueba para la detección del cáncer de cuello de útero. Es un estudio muy eficaz que distingue las células del cérvix y los cambios que se han podido producir en el núcleo celular. Es recomendable que las mujeres se realicen una citología al menos una vez al año.
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Exudado vaginal. Consiste en la recogida del contenido vaginal con una torunda o espátula. Se realiza con un espéculo, sin utilizar lubricante.
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Colposcopia. Para llevar a cabo esta prueba se utiliza un instrumento denominado colposcopio. Permite visualizar el cérvix y la vagina y ayuda en el diagnóstico cuando los resultados de la citología han salido anormales. Asimismo también se usa para valorar lesiones que pueden advertir del virus del papiloma humano (VPH) o sangrados vaginales que indiquen la existencia de pólipos cervicales o lesiones vulvares o vaginales.
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Histeroscopia. Gracias a esta prueba se pueden ver el canal cervical y la cavidad uterina. Se utiliza para descartar patologías o como prueba quirúrgica, cuando existe una lesión y se quiere realizar un tratamiento. Tiene una función diagnóstica y terapéutica.
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Ecografía. Mediante ultrasonidos se examinan los órganos genitales, incluidos útero, ovarios y cuello uterino. Puede realizarse por diferentes vías: abdominal o transvaginal.
En obstetricia también se realizan ecografías para observar cómo el feto va creciendo mes a mes. Las más importantes son la de la semana 12 y la de la semana 20, en la que se ven y estudian todos los órganos fetales. Asimismo se realizan:
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Analítica de sangre y orina. Al menos se realiza un análisis clínico al trimestre, para controlar que los parámetros son correctos (tiroides, glucosa, enfermedades infecciosas…).
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Triple screening. Prueba para detectar posibles anomalías cromosómicas del feto (síndrome de Down, síndrome de Edwards y síndrome de Patau). Se trata de un examen no invasivo que consiste en tomar una muestra de sangre de la madre que se combina con el resultado de la ecografía de las 12 semanas, en la que se ve el pliegue nucal.
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Amniocentesis. Prueba invasiva en la que se extrae líquido amniótico para analizar las células fetales y descartar anomalías cromosómicas. Cada vez se realiza menos, porque tiene riesgo para el feto.
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Prueba de la glucosa o Test de Sullivan. Para ver cómo el organismo de la mujer embarazada absorbe la glucosa.

Tratamientos ginecológicos y obstétricos
En función de la patología existente, los especialistas en ginecología y obstetricia utilizan diferentes tratamientos.
Principales tratamientos ginecológicos
Infecciones ginecológicas, entre las que están la cervicitis, la vulvovaginitis y la enfermedad pélvica inflamatoria. Todas ellas son tratadas con antibióticos, analgésicos y antiinflamatorios.
Enfermedades de transmisión sexual. Generalmente requieren también tratamiento antibiótico y en ocasiones algún proceder quirúrgico, como en el caso de los condilomas, por ejemplo.
Atrofia vaginal. Ocurre cuando llega la menopausia. Esta patología se trata con hormonas para suplir la disminución de las mismas en esta etapa de la vida de la mujer.
Tratamiento de la infertilidad, básicamente a través de la reproducción asistida, con diferentes métodos. Los habituales son:
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Inducción de la ovulación.
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Inseminación artificial.
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Fecundación in vitro. Es un tratamiento más costoso, pero tiene un porcentaje de éxito mucho mayor.
Entre los tratamientos ginecológicos hay que mencionar la rama quirúrgica, para tratar patologías como procesos no cancerosos, la menorragia (menstruaciones abundantes), endometriosis, quistes de ovario… etc. Actualmente la ginecología utiliza una cirugía mínimamente invasiva. Un ejemplo es la cirugía histeroscópica, que no requiere incisiones y permite un proceso de recuperación muy rápido. También está la cirugía laparoscópica avanzada, cuyo abordaje se realiza con incisiones mínimas y la recuperación se produce en un corto periodo de tiempo.
Esta especialidad cuenta además, con procederes quirúrgicos ambulatorios, como el tratamiento con láser, la histeroscopia quirúrgica, el ultrasonido focalizado en el tratamiento de fibromas uterinos y la ablación endometrial.
Principales tratamientos obstétricos
Existe un grupo de enfermedades que aparecen durante el embarazo. Es la obstetricia la que se encarga de su tratamiento. Ocurre con la preclampsia, la placenta previa, las afecciones en el crecimiento del feto y la diabetes gestacional. En ellas el tratamiento va unido a la prevención y control de los factores desencadenantes como la tensión arterial, la obesidad, el tabaquismo…etc.
Tratamientos estéticos
En los últimos tiempos existe un interés en relación a trastornos ginecológicos que interfieren en la estética. Por este motivo esta especialidad ofrece tratamientos en las alteraciones anatómicas y funcionales para solucionarlos. Es el caso de la reducción de los labios mayores mediante la labioplastia, con láser ginecológica fraccional de CO2.

¿Qué enfermedades trata la ginecología y la obstetricia?
Las enfermedades y trastornos comunes más frecuentes son:
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Bartolinitis. Se trata de una inflamación de las glándulas de Bartolino en la vulva, a consecuencia de una obstrucción del canal de esta glándula que se encuentra en los labios menores. Su tratamiento es antibiótico para evitar que se produzca un absceso. Si ya ha aparecido requiere intervención quirúrgica en la que se realiza una incisión y drenaje.
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Enfermedad pélvica inflamatoria. Implica la infección del tracto genital superior femenino y puede influir en los órganos de la zona como el endometrio, las trompas de Falopio, los ovarios, el miometrio, el parametrio y el peritoneo pélvico. Puede causar endometritis o salpingitis, entre otras patologías. Es una de las principales complicaciones de las enfermedades de transmisión sexual.
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Torsión ovárica. Se produce cuando se da un retorcimiento espontáneo del ovario. Está relacionado con la aparición de un quiste de ovario, en la mayoría de los casos benigno, que provoca que gire sobre su eje, causando problemas circulatorios y de necrosis local. El tratamiento es quirúrgico y urgente.
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Endometriosis. Aparece cuando la mucosa uterina se implanta y desarrolla en un lugar externo a su localización normal. Puede ser una causa de infertilidad. Se trata de manera conservadora con laparoscopia para drenar los endometriomas, extirpar los implantes peritoneales y realizar un lavado peritoneal.
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Prolapso urogenital. Ocurre cuando se descuelga el útero a través de la vagina por la laxitud de los tejidos que lo sujetan. Esto puede ocurrir de manera conjunta con la vejiga, cistocele, o con el recto, rectocele. Su tratamiento es quirúrgico y generalmente se realiza en mujeres de avanzada edad.
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Cuerpos extraños en la vagina. Generalmente son tampones o preservativos que se no se pueden sacar.
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Traumatismos y lesiones. Lesiones en la vulva o vagina, lesiones en cérvix.
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