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Elevación de pechos
Con el paso de los años muchas mujeres ven cómo sus pechos se caen y presentan un aspecto poco estético. Los embarazos, la lactancia, la pérdida rápida de peso y la fuerza de la gravedad son los culpables de que el pecho no luzca igual, a medida que pasa el tiempo. También la pérdida de elasticidad de la piel hace que las mamas pierdan su forma original, volviéndose más alargadas (ptosis mamaria).
Un pecho caído no tiene por qué haber perdido volumen. Hay muchas mujeres que siguen manteniendo a misma talla de sujetador y lo único que quieren es que sus senos vuelvan a estar en la posición correcta. Hay otras que sí han perdido volumen y, además de elevar la mama, también quieren una prótesis que aumente su tamaño. La elevación de mamas con o sin prótesis, es la cirugía más indicada para estos casos.
Esta intervención también permite reducir el tamaño del pezón, en el caso de que sea muy grande.
Indicaciones
La mujer que tiene los pechos caídos es consciente del paso del tiempo en su cuerpo, ya que ha sido testigo del cambio que han experimentado sus senos con los años. Tras los embarazos y los meses de lactancia el pecho queda más vacío y con menos volumen. Otras veces mantiene el volumen, pero el aspecto de pecho firme desaparece.
Esta intervención está indicada para aquellas mujeres sanas que quieren recuperar la forma original de sus pechos. La paciente debe explicar sus expectativas al cirujano plástico y comprender las indicaciones que el médico le da, para que tras la intervención quirúrgica los resultados sean satisfactorios para ambos. El médico, por su parte, intentará utilizar la técnica que oculte mejor las cicatrices. No obstante en unos meses la mayoría de ellas no son perceptibles.
Es importante que la mujer sepa, tras someterse a una mastopexia, que si se queda de nuevo embarazada o da el pecho, corre el riesgo de que las mamas se vuelvan a caer
Diagnóstico
Cada caso se atiende de forma individualizada y, tras realizar la historia clínica, se procede a la exploración física. El cirujano en consulta valora diferentes variables:
- La forma
- El tamaño
- La firmeza de la piel
- El estado general de salud de la paciente
Si lo considera necesario puede solicitar un estudio mamográfico, como prueba diagnóstica complementaria.
La paciente debe comprender todas las explicaciones que da el médico, sobre las diferentes técnicas quirúrgicas que existen en la actualidad y sobre el tamaño y la forma que tendrán las mamas. El especialista tiene en cuenta las necesidades y las proporciones del cuerpo de cada paciente. La mujer, por su parte, debe exponer sus preferencias, expectativas y sus dudas ante la intervención.
El cirujano explica cómo debe ser la preparación de esta cirugía, en relación a la toma o supresión de algunos alimentos, bebidas o medicamentos. Se recomienda no fumar antes de la operación, porque perjudica la circulación capilar y entorpece la cicatrización.
Operación de elevación de mamas
La cirugía de elevación de mama, que puede ser con prótesis o sin ella, se realiza en un quirófano con anestesia general, permaneciendo la paciente dormida durante la intervención. Tiene una duración de unas 2 o 3 horas. Consiste en la eliminación del exceso cutáneo y su adaptación al volumen mamario final. Las incisiones se realizan en una parte de la piel de la mama que se va a quitar, lo que colocará al pezón y la areola en una nueva posición más elevada que antes. Dependiendo de cómo sea la caída de senos que la paciente presente y la calidad de su piel, el cirujano diseña uno u otro patrón de elevación. En función del elegido las cicatrices se realizan:
- Alrededor de la areola o periareolar
- Periareolar añadiendo una vertical
- Periareolar añadiendo vertical y horizontal (cicatriz en T invertida)
Asimismo se puede colocar una prótesis en el caso de que se haya perdido volumen en pecho y la paciente quiera recuperarlo.
Tras la intervención quirúrgica se le pone a la paciente un vendaje o sujetador especial y dos drenajes para evitar hematomas, que se quitarán antes del alta hospitalaria. Los resultados son muy satisfactorios, al mejorar la estética y la autoestima del paciente. Los pechos vuelven a estar firmes y se recupera su simetría.
Postoperatorio
Tras la operación la paciente sale de quirófano con un vendaje en el pecho y con unos drenajes que se retiran normalmente a las 24 horas. El alta se da al día siguiente de la intervención, permaneciendo una noche en el hospital o clínica. El vendaje es sustituido por un sujetador anatómico que debe llevar unas tres semanas. Pasado ese tiempo la inflamación se reduce y el pecho empieza a tomar su aspecto normal.
Durante los primeros días puede tener dolor en la zona, pero con analgésicos tomados por vía oral las molestias se toleran bien. Se recomienda no dormir boca abajo hasta que las cicatrices estén curadas.
Pasados tres o cuatro días la paciente puede recuperar su vida normal, evitando coger peso o realizar ejercicio físicos que comporten esfuerzo durante al menos tres semanas.
Superado el postoperatorio inmediato, se realizan revisiones a los 3, a los 6 y a los 12 meses para valorar la evolución de los senos.
La sensibilidad de los pezones y de la piel de los senos en general puede verse alterada durante los primeros meses. Lo normal si sucede, es que se vaya recuperando poco a poco.
Si durante la intervención quirúrgica se ha tenido que desplazar el pezón a una distancia considerable de su ubicación inicial, se puede reducir la capacidad de lactar. Esto ocurre porque se desconectan parcialmente los conductos galactóforos.
Las cicatrices pueden ser algo más visibles y tener un aspecto sonrosado durante los primeros meses. No obstante, al final del primer año comienzan a tener un color más pálido haciéndose, a menudo, prácticamente inapreciables.
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