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Las ondas de choque son ondas acústicas de alta energía que pueden generarse de distintas formas: focal o radialmente. Se usan cada vez más como procedimiento terapéutico para regenerar tejidos, reducir la inflamación en la rehabilitación musculoesquelética, para la calcificación y el alivio del dolor. También para desintegrar los cálculos renales o del páncreas.

Las ondas de choque radiales son menos invasivas y dolorosas que las focales. Se aplican sobre tejidos blandos de forma superficial, activando la microcirculación y el metabolismo tisular.

Producen diferentes resultados.:

  • Efecto analgésico.
  • Efecto antiinflamatorio.
  • Aumento temporal de la vascularización.
  • Activación de la angiogénesis.
  • Fragmentación de depósitos calcáreos.
  • Osteogénesis.

Están indicadas para el tratamiento de tendinopatías y entesopatías crónicas de diversa localización, con o sin calcificaciones, retardos de consolidación de las fracturas y pseudoartrosis, fascitis crónicas, fibrosis muscular postraumática, osteocondritis, necrosis vascular y quiste óseo solitario y disfunción eréctil, entre otras patologías.

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